Soy Periodista desde 2012. Conocí lo que fue terminar una carrera vocacional, para darse de bruces con la realidad de un mundo laboral que pinta -desde hace varios años- un panorama complicado para los jóvenes españoles, independientemente de su sector profesional.

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He acumulado la experiencia que me han permitido a golpe de acuerdos con la Universidad, de planes especiales para jóvenes de la Administración pública y prácticas con salarios mínimos, justitos para cubrir el transporte. 

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Y tuve suerte porque fue capaz de estar en grandes medios de comunicación, tanto en prensa como en radio e Internet. De ellos, además de lo propio de la profesión, aprendí lo que hacía falta para ser un buen periodista: visión y contactos, principalmente. Exprimí cada minuto porque sabía que habían altas probabilidades de que fueran los últimos.

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Después de eso, fui bloguera, emprendedora, cajera, otra vez periodista y finalmente autónoma (condición actual profesional). Nada es una pérdida de tiempo si, con ello, aprendes algo. Aunque sea a nivel personal más que profesional. Esa es mi valía y eso transciende cualquier éxito laboral.

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